Weckruf - Wegruf

Mit dem Propheten Amos auf dem Weg


Deutsch-Button Folleto de acompañamiento al proceso de Amos

Weiter-Button Zurück-Button Viernes, 26. Junio (Amós 5,4-9)

Busquenme a mí

4 Así dice Yavé a la Casa de Israel: Búsquenme a mí y vivirán, 5 Pero no me busquen en Betel ni vayan a Guilgal, ni pasen a Bersebá; porque Guilgal será enviada al destierro, Betel será reducida a la nada. 6 Busquen a Yavé y vivirán, no sea que él mande fuego sobre la casa de José y la consuma, sin que haya nadie para apagarlo. 8 El llama a las aguas del mar y las derrama por la superficie de la tierra; pues su Nombre es Yavé. 6 El trae la ruina sobre los potentes, y entrega al saqueo el recinto fortificado

¿por qué?

De todos modos Dios va a apagar a su pueblo? La respuesta de Amós es: "Busquenme a mí y van a vivir” Esto significa tambien la vuelta a Dios. Buscar, es decir si y obedecer a Dios, aceptar sus mandamientos. Sólo asi, pueden salvar su vida.

Busquenme entonces van a vivir.

Señor donde estás?

Cómo puedo encontrarte? Puedo buscarte en la salida del sol?
En el murmurar de un riachuelo con agua pura,
o en el rugir del mar o en la belleza de una flor?
te encuentro en el firmamento con sus estrellas
o ...
Me ayudas?
estás conmigo?
cómo puedo reconocer, que eres Tú.

Me van a encontrar en los ojos de un niño,
en la sonrisa de un amigo,
en cada persona que regales tu ayuda y amor.

Ursula Groß

mujer leyendo

Foto: Ursula Groß

Aparecida (256) Jesús está presente en medio de una comunidad viva en la fe y en el amor fraterno. Allí Él cumple su promesa: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20).(...) Está en los que dan testimonio de lucha por la justicia, por la paz y por el bien común, algunas veces llegando a entregar la propia vida, en todos los acontecimientos de la vida de nuestros pueblos, que nos invitan a buscar un mundo más justo y más fraterno, en toda realidad humana, cuyos límites a veces nos duelen y agobian. (257) También lo encontramos de un modo especial en los pobres, afligidos y enfermos (cf. Mt 25, 37-40), que reclaman nuestro compromiso y nos dan testimonio de fe, paciencia en el sufrimiento y constante lucha para seguir viviendo. ¡Cuántas veces los pobres y los que sufren realmente nos evangelizan! En el reconocimiento de esta presencia y cercanía, y en la defensa de los derechos de los excluidos se juega la fidelidad de la Iglesia a Jesucristo. El encuentro con Jesucristo en los pobres es una dimensión constitutiva de nuestra fe en Jesucristo. De la contemplación de su rostro sufriente en ellos y del encuentro con Él en los afligidos y marginados, cuya inmensa dignidad Él mismo nos revela, surge nuestra opción por ellos. La misma adhesión a Jesucristo es la que nos hace amigos de los pobres y solidarios con su destino.

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[Llamada de despertar - Llamada de andar]